El biólogo estadounidense Rob Dunn demostró científicamente la inutilidad de contar calorías. En cualquier caso, en la forma que existe hoy. Después de todo, cada cuerpo humano absorbe calorías puramente individualmente.
Los experimentos con roedores de laboratorio demostraron que las calorías de los alimentos crudos y cocidos, cuyo contenido calórico era originalmente el mismo, se asimilaron de manera diferente. Los ratones que comían papas crudas perdieron peso rápidamente, los que consumieron los hervidos lo ganaron.
También se encontró que las calorías de las frutas, semillas y nueces sólidas crudas son absorbidas por solo un cuarto, lo que es más probable debido a la insolubilidad de la fibra en el estómago.
Además, los científicos han demostrado que los alimentos ricos en calorías (dulces, comidas rápidas) no necesariamente conducen al aumento de peso. Todo dependerá del tipo de bacteria que habita el tracto gastrointestinal humano. Algunas bacterias digieren bien los alimentos, otras no.
Teniendo en cuenta los resultados, los expertos recomiendan prestar mucha atención a la frescura de los alimentos, así como a su naturalidad.
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